Servicio de certificación y calificación energética.
Informes LIDER Cumplimiento DB HE1
Informes Calener VIP y Calener GT
Algunas nociones:
En nuevos edificios:
Desde julio de 2007 la certificación energética de edificios es un
requisito legal a cumplir por todos los
edificios nuevos. Casi el 30 % del consumo de energía primaria es
debido a los edificios, y por ello las normativas europeas han intentado
incidir sobre el consumo energético de las construcciones, en este caso
creando una herramienta similar a la ya empleada en el caso de los
electrodomésticos.
El decreto obliga a clasificar las nuevas construcciones con una etiqueta que informe a los compradores
del grado de eficiencia del edificio. Se trata de que cada edificio
disponga de una etiqueta con su calificación energética (de la A, que
correspondería a los edificios más eficientes, a la G, los edificios
menos eficientes) y en la que se incluya su consumo estimado de energía y
las emisiones de CO2 asociadas.
El objetivo de la certificación de edificios sería incentivar a los promotores a construir edificios más eficientes
y animar a la rehabilitación de edificios para que consumieran menos
energía. Esto se conseguiría porque, en primer lugar, una promoción con
una calificación más eficiente tendría una mejor imagen, sumaría otro
argumento para su venta y, en segundo lugar, la existencia de un
etiquetaje facilitaría que el consumo de energía se convertiese en un
criterio más de compra por parte del consumidor. ¿Se alcanzarán esos
propósitos?
En edificios existentes:
La certificación en edificios existentes fomentará la eficiencia energética en los edificios ya construidos, orientando intervenciones de mantenimiento y promoviendo la mejora de sus eficiencias energéticas.
Dicha certificación energética aportará información valiosa a posibles compradores o arrendatarios de viviendas o
locales, ya que permitirá disponer de un criterio más, el de calificación energética para comparar y elegir entre sus posibles opciones.
Hasta ahora, para la compra o alquiler de una vivienda se han tenido en
cuenta factores como situación del inmueble, estado de conservación, superficie, antiguedad de construcción, orientaciónes, ascensor, climatización, gastos de comunidad, etc… Pero con la entrada en vigor de la norma exisitirá un nuevo criterio a la hora de elegir.
Se ha de tener en cuenta tambien como criterio para determinadas acutaciones de reforma que posteriormente reviertan en una mejor calificación energética. Esto sin duda influirá tanto en las posibilidades de venta o alquiler como en el propio precio ya que hasta ahora, ningún otro criterio había supuesto una ETIQUETA tan objetivamente comparable como este.
Es evidente que no es lo mismo comprar o alquilar
una vivienda con un consumo óptimo de calefacción u otra con un alto
consumo energético. Este sobrecoste en calefacción es un despilfarro
bastante habitual en gran parte de los inmuebles de este país. Con la nueva calificación energética pronto cualquier usuario podrá evaluar este criterio simplemente a la vista de un documento firmado por un técnico competente independiente.
Sin duda existen poderosos motivos de sostenibilidad para trabajar en pro de la eficiencia energética desde nuestros propios hogares.
En algunos paises ya se está utilizando este criterio por las administraciones públicas tanto para facilitar ayudas y reducir impuestos de los edificios más eficientes como para aumentar la presión sobre aquellos que tienen peores calificaciones.